By ChessBase
16/11/2013 – Hoy Anand optó por una variante antiberlinesa, pero no consiguió ventaja. Peor aún, de nuevo fue Vishy quien tuvo que defender un final inferior. La partida ya parecía abocada a concluir en tablas, cuando una imprecisión del campeón resultó desastrosa. Ahora el marcador está en 4:2 a favor de Carlsen. Reportaje y el diario de Leontxo...
El diario de Leontxo
En Madrás (India), sábado, 16 de noviembre de 2013. 6ª partida.
El picante estimula a Carlsen
El estómago de Magnus Carlsen debe ser tan bueno como su cerebro, que le ha permitido dejar el duelo por el título mundial casi resuelto en las últimas 29 horas, aunque todavía queden seis partidas, porque Viswanathan Anand parece hundido. Para celebrarlo, es muy probable que el noruego haya cenado esta noche alguna delicia india bien picante, que tanto le gusta.
Ocurrió el año pasado, y con varios periodistas de testigos, en un conocido restaurante chino de Oslo donde te preguntan qué grado de picante quieres en tu comida. Magnus dijo: "El más fuerte que tengan". El maitre le advirtió: "No se lo recomiendo, señor. No conozco a ningún noruego que lo haya soportado". Pero el ajedrecista insistió, y se lo sirvieron. Uno de los testigos me asegura que no fue capaz de pronunciar una sola palabra en todo el ágape, aunque se lo comió todo, por una cuestión de ego.
De modo que aquí, en Chennai, Carlsen come picante todos los días, pero por la noche, después de las partidas. Y siempre bajo la supervisión de su cocinero personal, Magnus Forssell, quien selecciona los platos de acuerdo con los gustos del número uno del mundo. "Además, la comida del hotel es muy fiable, el riesgo de infección es casi nulo. Y los días que no hay partida nos vamos a una casa que hemos alquilado en la playa, a las afueras de Chennai, y allí cocina Forssell tras hacer la compra él mismo, de modo que tampoco hay problema", me explica Espen Agdestein, apoderado de Magnus.
Tras disfrutar de esas cenas, y supongo que con la boca ardiendo, Carlsen prepara la partida del día siguiente, si la hay, o se entretiene con películas o algo interesante que encuentre en la tele o chateando con sus amigos por Internet. Duerme entre ocho y diez horas, y no se levanta hacia el mediodía, porque de ese modo impide que la tensión le perjudique, cumple su rutina, desayuna (cereales, yogur, tortilla...) y se va a jugar. Además, él tiene comprobado que suele llegar a su máximo rendimiento mental unas cinco horas después de levantarse; es decir, cuando se cumplen dos horas de partida.
Es obvio que ese régimen le sienta muy bien, porque está jugando como una máquina y castigando implacablemente los errores del pentacampeón. Por el contrario, todo indica que éste durmió anoche tan mal como hace año y medio en Moscú, cuando perdió la séptima del Mundial anterior ante Borís Guélfand. Pero todo indica también que esta vez no hubo ese clic mental en mitad del insomnio que elevó la moral del indio y le permitió ganar entonces la octava. Justo al revés: el Anand que hemos visto hoy no es el auténtico; ha cometido errores, varios, impropios de su enorme talento y preparación.
Quiero dedicar un párrafo a algo que no debe ser casual. Ha habido varios momentos en las partidas de este duelo en que Anand ha preferido la opción más rápida, más simplificadora de la posición, en lugar de seguir luchando en busca de la mejor continuación, aunque ésta fuera la más complicada. Como es la primera vez que llego a esa conclusión, me entra la duda de si es la primera vez que le pasa o si yo no me había fijado. Pero tiendo a pensar que es algo nuevo y que tiene que ver con un hecho muy concreto: Anand no ha ganado a Carlsen en partidas lentas desde hace tres años.
¿Puede hacerlo en las próximas seis partidas? Sí, claro que puede. Y si ganara sólo una estaría lanzándole el aliento en el cogote a Carlsen, quien tal vez se pondría nervioso. ¿Pero se ve capaz de hacerlo? Ahí tengo muchas dudas, por desgracia, porque me encantaría que este duelo entre dos genios fuera dramático hasta el final. Quizá la esperanza real de Anand reside donde él no se imagina: en el picante indio, cuyo abuso podría destrozar el estómago y la buena forma de Carlsen. Pero el puñetero escandinavo lo tiene todo previsto: incluso dos días de aplazamiento, según una cláusula de contrato con la FIDE, en el caso de diarrea certificada por un médico. Francamente, pinta muy difícil para Anand.
Partida 6
Carlsen, M2870–Anand, V2775½–½A07WCh 2013109.11.2013
Anand, V2775–Carlsen, M2870½–½B18WCh 2013210.11.2013
Carlsen, M2870–Anand, V2775½–½A07WCh 2013312.11.2013
Anand, V2775–Carlsen, M2870½–½C67WCh 2013413.11.2013
Carlsen, Magnus2870–Anand, Viswanathan27751–0D31FWCM 2013515.11.2013Robot 4
Anand, V2775–Carlsen, M28700–1C65WCh 2013616.11.2013
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